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Resenhas

Vol. 3 Núm. 6 (2019): OS OCEANOS DE FRONTEIRAS INVISÍVEIS: TRÂNSITOS, IDENTIDADES E MEMÓRIAS NA LITERATURA

AFRO-FEMINISMOS E IDENTIDADES EN EL BARCO DE ÉBANO DE RICARDO GATTINI

Enviado
December 10, 2019
Publicado
2019-12-10

Resumen

En la novela El barco de Ébano de Ricardo Gattini, cuya primera edición fue publicada en el año 2008 por la editorial Grijalbo y su segunda edición lanzada en el año 2018 por Ediciones B, ambas en Chile, se presenta la historia que relata el desplazamiento a través del Atlántico y posterior reubicación forzada en la ciudad de Valparaíso de tres personajes mujeres esclavizadas, quienes a pesar de su aparente posición de desventaja y subyugación, se muestran empoderadas y fortalecidas por el orgullo proveniente de sus orígenes Africanos. Ellas son trasladadas junto a un grupo de personas esclavizadas en África, pero desde un principio reciben un trato especial ya que son catalogadas como “mercancía exclusiva”. Las integrantes de este trío de mujeres surgen como sujetos históricos y políticos, entendidos estos como los sujetos  que, y siguiendo  lo que señala Jacques Rancière en el texto El desacuerdo: Política y Filosofía (1996), “ [ …]  hace[n] ver lo que no tenía razón para ser visto, hace[n] escuchar un discurso allí donde sólo el ruido tenía lugar, hace[n] escuchar como discurso lo que no era escuchado más que como ruido”  (Rancière, El Desacuerdo…. p. 45).

Esta novela histórica mezcla los datos factuales que dan cuenta del proceso de formación de Chile a comienzos del siglo XIX con la historia de amor que se entreteje entre “la Dama Tan”, miembro nuclear del trío de mujeres que a lo largo de la novela actúan como una unidad, y el personaje identificado sólo como “ el ebanista”, quien se desempeñaba como carpintero del barco negrero que cruza desde África hasta Argentina con el cargamento de personas esclavizadas en África, desde donde la travesía del grupo continúa a pie, cruzando la Cordillera de Los Andes,  hasta llegar a la ciudad de Valparaíso en Chile.    

     Cabe aclarar que la voz narrativa es en tercera persona y centra el relato en las vivencias del ebanista, el cual es un inglés blanco y rubio. El hecho de que la voz narrativa sea la de una tercera persona nos da una visión externa de los hechos. Sin embargo, esto no enmascara ni disfraza el relato a la hora de dar cuenta de los vejámenes y torturas a los cuales eran sometidas las personas esclavizadas en África y que eran transportadas hasta el continente americano a través del pasaje medio en aquel entonces.

En las primeras páginas de la obra se puede observar que este trío de mujeres no tiene voz, o al menos el narrador no da cuenta de ningún dialogo que se haya producido entre ellas, o de ellas con alguien más sino hasta ya avanzada la historia. Más, esto no significa que las mujeres fuesen incapaces de comunicarse. Ese vacío en donde los lectores no pueden oír a estas tres mujeres es llenado por gestos y por las distintas posturas que asumen cada una de ellas a lo largo del traslado. Al ser consultado del porque de estos silencios, el autor de la novela, Roberto Gattini, explicó que ellas casi no hablan (o al menos nosotros no las podemos oír) porque en nuestra historia oficial “África no tiene voz”.

 Sin embargo, el ebanista da cuenta de que ellas sí se comunican entre sí: “Hablaban poco entre las tres mujeres y, al susurrar, nunca se miraban a los ojos…” (p.15). Por esta razón, no nos enteraremos de sus nombres hasta avanzada la novela, los cuales son: Sinaya, Naha y Petra ( la dama Tan). Las tres poseen características físicas distintivas y especiales que dan cuenta del sistema de servidumbre al cual Naha y Sinaya estaban sometidas de por vida, ya que esas dotaciones han sido utilizadas con el objetivo de proteger a Petra, quien es su ama a la cual han servido desde su niñez. Debido a su origen noble Petra es la más admirada e idolatrada de las tres por sus características atribuidas a lo que el narrador denomina como “belleza exótica”. Sin embargo, a lo largo de la novela es posible observar que las tres mujeres, a pesar de la relación jerárquica que las une, se complementan siendo cada una esencial dentro del conjunto. 

Este trío de mujeres sitúa a África en lo que Djamila Ribeiro (2019) señala como “un lugar de habla”, que en este juego entre la ficción y la realidad es presentada de una manera innovadora a través de la multiplicidad  de las identidades variables e inestables que lo componen y que en conjunto problematizan la mirada colonizadora que históricamente ha pesado sobre las mujeres negras compartiendo un lugar de resistencia “otro”, entregado por la mirada distinta de un hombre europeo, el “ebanista” quien, a medida que avanza la historia va percibiendo la belleza de este conjunto apreciando el todo que ellas representan por sobre el “ encantamiento” inicial bajo el cual cae perdidamente enamorado de Petra la primera vez que la ve. Este hombre europeo, quien también presenta y desarrolla múltiples identidades se sitúa, al igual que el trío compuesto por Sinaya, Petra y Naha en su propio “lugar de habla” desde el cual también cuestiona los discursos coloniales, posicionándose como un sujeto político que rompe con los propios estereotipos históricamente impuestos sobre África y sus mujeres.

Sin duda, esta novela presenta una mirada que abre las discusiones existentes en torno a los procesos históricos de formación de un país latinoamericano como lo es Chile, pero que además expande las miradas sobre la presencia de África en la literatura latinoamericana y en su historia oficial que gracias a novelas como ésta ha comenzado a ser complementada y completada.

Citas

GATTINI, Ricardo. El barco de ébano. Santiago de Chile: Penguin Random House Grupo Editorial, 2018.