Nacida en un contexto posdescubrimiento y de colonización ficticia, la ideología racial en Brasil ha sido el causante de la servidumbre de los indios y del esclavismo de negros deportados a partir del siglo XV. Con ello, sobre la base del concepto de la Colonialidad del poder según Aníbal Quijano, el artículo plantea la cuestión de la Democracia racial como un mito difícil de hacerse realidad todavía en el siglo XX, en un país atrincherado por las desigualdades sociales. Un fenómeno rehusado, por una serie de reformas políticas saludables y aplicadas durante la presidencia de Luís Ignacio Lula Da Silva. En efecto, la meta de este artículo es la de quitar el velo y condenar el segregacionismo y el “neosegregacionismo” ayer y hoy lidiado por el Estado brasileño.